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Para Honorio Cruz, el corte del rostro, de cara de luna, una parte ausente del rostro, está presente en sus obras para decir que el ser humano siempre está soñando, deseando, fantaseando. “Imaginar cómo puede ser el futuro, como dar el siguiente paso, que es la vida”, pero el rostro de mujeres o piezas de mujeres, siempre evocan a esa mujer aguerrida, fuerte ante todo.

Originario de Suchilquitongo, Etla, Oaxaca, Honorio Cruz tuvo la oportunidad de tener contacto directo con la cerámica por primera vez a la edad de 17 años. En su experiencia, inició como colaborador y aprendiz, llegando a ser coordinador de los talleres, en el proyecto de esculturas en cerámica “2501 migrantes”, proyecto realizado por el artista oaxaqueño Alejandro Santiago.

Hasta el momento, ha participado en 12 exposiciones colectivas y nueve exposiciones individuales, muchas de ellas en diversos estados de la república como Oaxaca, Guanajuato, Nayarit, Quintana Roo; y en Portlant Oregon, Clacamas Comunity Collage y en el Consulado Mexicano.

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